En este artículo desciframos los motivos por los cuales es difícil seguir una dieta y te compartimos 7 razones para comprender por qué es complicado seguir una dieta.
Por Joyce Chavez | 05 de noviembre de 2024
¿Te estás preguntando «¿por qué no puedo seguir una dieta?«. Si es así, no eres la única persona. He tenido varios consultantes que sienten una sensación de desesperación, impotencia y agotamiento cuando se trata de hacer dieta.
Pero, ¿por qué exactamente las dietas son tan difíciles de seguir? Lo que se ha dicho en torno a las dietas es que cuando no podemos apegarnos a estas, es nuestro fracaso personal porque nos falta fuerza de voluntad y disciplina. Y ciertamente puede sentirse así cuando terminas comiendo un chocolate después de jurar que no comerías ni uno solo durante todo el mes.
Puede que te sorprenda saber cómo la evidencia científica muestra que por lo general, las dietas son un fracaso. SI, así como lo acabas de leer, y es que alrededor del 75% de las personas que pierden peso lo vuelven a recuperar.
Así que examinemos de más cerca las razones por las cuales siempre te estas preguntando: «¿por qué no puedo seguir una dieta?» . Probablemente varias resuenen contigo.
7 razones por las que no puedes seguir una dieta
1.Pueden hacernos sentir fuera de control
Por lo general, cuando iniciamos una dieta, la creencia es que las reglas de la dieta sobre qué y cuánto comer nos ayudarán a tener control sobre nuestra alimentación y, por lo tanto, nos ayudarán a perder peso. ¿Te suena familiar este pensamiento?
La realidad es que suele ser todo lo contrario. Cuando hacemos una nueva dieta hay un período de luna de miel que es cuando podemos apegarnos perfectamente a ella durante unos días o incluso semanas, pero después de un tiempo, los sentimientos de privación inevitablemente aparecen, lo que te lleva a tener antojos intensos que son difíciles de resistir. Podemos dividir la privación en 2 tipos:
a)Privación física: aquí es donde tu cuerpo está registrando que no está recibiendo suficientes calorías (comida )para sobrevivir a largo plazo, por lo que ve esto como una amenaza para tu propia supervivencia. Por ello aumenta tu hormona del hambre, en un intento de hacer que comas adecuadamente y recibas la cantidad de comida y calorías que necesitas. También es probable que experimentes muchos pensamientos acerca de comida como intento de tu cerebro de hacerte comer.
b)Privación psicológica: se da cuando las reglas de dieta nos dicen que no podemos o no debemos comer ciertos tipos/cantidades/grupos de alimentos. Como humanos, cuando nos dicen que no podemos hacer algo, naturalmente pensamos más en ello y nos sentimos tentados a hacerlo. Por ejemplo, cuando alguien dice «no mires hacia abajo», y lo mismo pasa con la comida “no puedes comer carbohidratos”, y por alguna extraña razón se nos antojan más los carbohidratos. Nuestra biología está configurada para garantizar nuestra supervivencia y la mayoría de las dietas de moda no permiten una alimentación adecuada para garantizar nuestra supervivencia a largo plazo. Por lo tanto, nuestros cuerpos nos protegen en contra de las dietas.
2. Pueden hacer que queramos rebelarnos
Como adultos, tenemos un deseo natural de tener autonomía sobre nuestras acciones. Cuando tenemos reglas alimentarias impuestas, incluso si nos las ponemos a nosotros mismos al empezar una dieta, nuestros cerebros naturalmente quieren rebelarse contra esto. Por lo tanto, muchas personas que hacen dieta pueden romper las reglas de la dieta como una forma subconsciente de rebeldía, así lo muestra la investigación científica.
3. No puedes seguir una dieta porque son ‘antisociales’
Y con antisociales me refiero a que no te dejan tener vida social. Mira este ejemplo… imagina que estás siguiendo una dieta baja en carbohidratos y recibes una invitación para una cena con algunos amigos. Te enteras de que el menú de la noche será pasta y pastel de chocolate, así que tienes 3 opciones:
A) vas a la fiesta y tratas de evitar los ingredientes de la comida con carbohidratos (lo cual, seamos sinceras, es un poco raro e incómodo).
B) decides que no vas
C) vas a la fiesta y decides tener una «noche libre» fuera de la dieta. Pero sabes por experiencia pasada que romper las reglas de la dieta puede llevarte a excederte, así que realmente no quieres arriesgarte a eso.
Las opciones A y B interfieren con tu sentido de bienestar social porque los humanos somos criaturas sociales. La evidencia muestra que un sentido de bienestar social e interconexión son tan importantes para nuestra salud como la alimentación y la nutrición integral. Así que si una dieta nos mantiene alejados de nuestra vida social… simplemente no va a ser buena para nosotros de forma holística ni sostenible a largo plazo. Tu manera de comer, idealmente, necesita encajar con tu vida para ser sostenible. No al revés.
4. Se centran demasiado en la pérdida de peso, en lugar de en la salud y el bienestar
El peso no está totalmente bajo nuestro control individual como se nos ha hecho creer todo este tiempo. Es posible que podamos manipular eficazmente nuestro peso a corto plazo, pero a largo plazo la genética tiene un papel importante que desempeñar. De hecho, los estudios sugieren que hasta el 70% del peso corporal humano está determinado por la genética.
La industria de las dietas se basa en la falsa narrativa de que si solo comemos bien y hacemos ejercicio todos los días, podemos hacer que nuestro cuerpo se vea de cierta manera. La verdad (que no nos dicen) es que si todos comiéramos y ha
hiciéramos ejercicio por igual, todos seguiríamos teniendo cuerpos de diferentes tamaños, esto es por nuestra genética.
El peso no es un comportamiento, por lo tanto, no podemos controlarlo directamente. Lo que si podemos controlar directamente son nuestros hábitos de salud: cuánto dormimos, cómo movemos nuestros cuerpos, nuestra alimentación, nuestras relaciones sociales y nuestra gestión del estrés. Estas son las cosas en las que deberíamos centrarnos, las cuales puede o no conducir a la pérdida de peso. Pero independientemente de si lo hacen o no, pueden mejorar tu salud. De acuerdo a la evidencia científica, en realidad es posible estar metabólicamente sano en cualquier tamaño de cuerpo, a pesar de lo que te hayan dicho.
5. Fomentan el pensamiento de «todo o nada»
Hay poca flexibilidad en las dietas, porque o estamos «haciendo dieta» o «no estamos haciendo dieta». Esto es problemático porque fomenta un estilo de pensamiento inútil conocido como «todo o nada» o pensamiento «blanco y negro».
Por ejemplo, estás en una dieta que te prohíbe comer más de 2 cuadritos de chocolate al día, pero un día no puedes resistirte a la necesidad de comer más que eso (porque el chocolate es delicioso y eres un humano). Acto seguido piensas «al diablo, he roto las reglas ahora, así que puedo comer más chocolate y empezar de nuevo el lunes». Esto nos puede llevar a ignorar nuestros niveles de saciedad, comiendo sin pensar todos los alimentos que la dieta nos ha prohíbido mientras ya no estamos en la dieta. En cambio, si no estuviéramos a dieta podríamos ser capaces de abordar esto de una manera más equilibrada, reconociendo que una barra de chocolate no puede dañar nuestra salud o cambiar nuestra forma corporal.
6. No consideran el comer emocional
Las dietas se basan en reglas externas y prestan poca atención a nuestro mundo interior. Muchos pacientes con las que he trabajado usan la comida para hacer frente a sus emociones y las dietas simplemente no toman esto en cuenta.
Imagínate un día estresante en el trabajo y una conferencia de tu jefe. Tus pensamientos inmediatamente se dirigen a llegar a casa,y cocinar algo rico para apapacharte después de un dia duro de trabajo. Si la comida es tu única forma de gestionar tus emociones, eventualmente tendrás que romper las reglas de la dieta para no explotar por una incomodidad emocional.
Si esto te pasa a ti, no es nada de lo que debas avergonzarte. De hecho, es muy normal que a veces utilicemos la comida para sentirnos mejor. Pero si la comida es tu principal o única forma de lidiar con los sentimientos incómodos, esto puede ser perjudicial para tu bienestar general, especialmente si va acompañado de culpa y vergüenza. Para combatir esto, necesitamos aprender estrategias y habilidades para lidiar con emociones difíciles que no sean solo comida. Puedes leer más sobre el hambre emocional en este artículo.
7. Nos impiden de pensar por nosotr@s mism@s
A medida que seguimos las reglas sobre qué y cuánto comer, se nos impide pensar por nosotros mismos.
Las reglas de dieta a menudo son demasiado simplistas y no te enseñan a sintonizar con tus señales de hambre y saciedad. Si una dieta te dice que comas cierta cantidad de comida en el desayuno pero todavía sientes hambre después, tu cuerpo te está diciendo que necesitas más comida. Pero, tratando de seguir la dieta, es probable que intentes ignorar lo que tu cuerpo te está diciendo porque tienes que apegarte a lo que dice la dieta si es que quieres “obtener resultados” (así nos dicen).
Probablemente sería de mayor beneficio volver a ponerte en contacto con tu sabiduría interior para poder averiguar qué alimentos y tamaños de porciones se sienten mejor en tu cuerpo. Mis pacientes y yo trabajamos con herramientas específicas para permitirles volver a conectar con la sabiduría de su cuerpo, disfrutar de la comida y sentirse más en control.
Existe una alternativa a la dieta
Tal vez estés harta o harto de hacer dieta, pero no conoces ninguna alternativa o camino. Pero qué crees, si hay una alternativa, se llama comer intuitivamente. La Alimentación Intuitiva es un enfoque basado en evidencia para ayudar a mejorar su relación con la comida, tener un mejor autocontrol en torno a la comida y liberarse de la cultura de la dieta. Comer de forma intuitiva puede ayudarte a aprender a honrar tu salud escuchando y respondiendo a los mensajes de tu cuerpo.
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