En este artículo hablamos de las etiquetas que le ponemos a los alimentos y de donde lo aprendemos. También te brindo 7 consejos para mejorar los pensamientos alrededor de los alimentos.
Por Joyce Chavez | 13 de noviembre 2024
Si bien la cultura de la dieta argumentaría que hay alimentos buenos y malos, estoy aquí para decirte que eso no es cierto.
¿Has escuchado alguna de estas frases en amistades y familiares, o las has pensado tú misma?
«Bueno, podría comer mal por hoy y empezar en serio el lunes»
«Estoy tan orgullosa, solo he comido alimentos buenos en toda la semana»
«Estoy emocionada porque este fin de semana voy a comer mi placer culposo”.
La cultura de la dieta perpetúa un mensaje de que la comida es «mala» o «buena» que se deriva de ideales de belleza delgados. Esta cultura también pone énfasis en nuestro valor, dictado por los tipos de alimentos que elegimos comer. Sin embargo, este tipo de pensamiento es poco útil y puede afectar negativamente tu relación con la comida.
La comida no tiene valor moral
Consumimos alimentos porque le proporcionan a nuestro cuerpo energía para vivir y realizar todas las actividades de nuestro día a día. La cultura de la dieta nos ha llevado a pensar lo contrario y a creer que algunos alimentos son mejores que otros. Esto se hace agregando palabras positivas o negativas a los alimentos.
Al describir la comida como «pecado» o como un «placer culposo», le da a la comida una etiqueta moral negativa. Esto es lo mismo que describir la comida como «libre de culpa» o «buena» para tener una etiqueta moral positiva. Estas etiquetas frecuentemente se asocian con tratar de lograr ciertos ideales corporales.
Tómate un momento para reflexionar sobre tu propia conversación interior sobre la comida. ¿Eres alguien que describe los alimentos de esa manera? Si es así, ¿tienes alguna idea de dónde viene esto?
¿Pero algunos alimentos son mejores nutricionalmente?
Es una realidad que los alimentos contienen diferentes tipos de nutrientes entre sí. Una manzana puede contener más vitamina C, potasio y fibra que una barra de chocolate. Sin embargo, esto no significa que uno sea mejor que el otro.
El contexto y el estilo de vida pueden desempeñar un papel clave en el tipo de alimentos que más nos benefician. Por ejemplo, para una persona que trabaja en una fábrica y tiene un solo descanso para el almuerzo, los alimentos ricos en fibra y proteína (como pollo con nopales y salsa verde) pueden ser los más beneficiosos. Esto se debe a que este tipo de alimentos tardarán más en digerirse y, por lo tanto, le mantendrán satisfecha durante más tiempo para mantenerle activa durante el resto de su turno.
Ahora imagina que alguien está a punto de ir al gimnasio y necesita un refrigerio antes de su entrenamiento. ¿Sería una buena opción esa misma comida de digestión lenta? Tal vez no. Esta persona podría elegir como refrigerio un alimento que se digiera rápidamente como un carbohidrato simple (pan, por ejemplo) para obtener rápidamente la energía que necesita.
Con estos ejemplos quiero que reflexiones que ninguna comida es universalmente mejor que otra, todos los alimentos juegan un papel y pueden ser beneficiosos para nosotros en diferentes momentos. Es posible que algunos alimentos no nos ofrezcan tanto nutricionalmente, sin embargo, pueden proporcionar más disfrute o placer… por que sí, también se come por placer.
Los alimentos que comemos contribuyen a nuestra salud, pero también es importante recordar que no es el único pilar que apoya nuestro bienestar general.
¿Por qué llamamos a la comida buena o mala?
Cuando nacemos, no tenemos ningún juicio u opinión sobre los alimentos, no sabemos que la sociedad los etiqueta como «buenos» o «malos». Estas son ideas que hemos aprendidos a lo largo de nuestras vidas a través de distintos canales como:
Medios de comunicación
Desde TikTok e Instagram hasta medios más tradicionales como revistas y televisión, los medios de comunicación son principalmente la fuente de la mentalidad de comida buena frente a la mala. Pregúntate esto, ¿cuántos TikToks o Reels has visto con un título como:
- “¿Por qué nunca como X?”
- “Aquí hay 5 alimentos que debes evitar para…”
- “Alimentos que son buenos para un abdomen plano”
- “Lo que como en un día para perder peso”
Este tipo de vídeos suelen mostrar sus cuerpos ‘perfectos’ y por lo tanto se asocia que si comes/no comes lo que dicen vas a tener el cuerpo de ellos (lo cual no es cierto). Las redes sociales están plagadas de cuentas que intentan difundir ideas de alimentos “buenos y malos”, siendo la mayoría de estos difundidos por influencers con poca o ninguna experiencia en el campo de la nutrición.
Y también están las revistas que refuerzan los ideales de belleza hegemónicos, (personas blancas, delgadas, altas), criticando a las celebridades por aumentar de peso o compartiendo las nuevas dietas de moda. Los programas de televisión y las películas a menudo incluyen personajes que están a dieta o que critican a otros por su tamaño corporal o por lo que comen.
Dietas de moda
Las dietas de moda han existido durante años. Una cuestión clave en muchas dietas es la recomendación de eliminar por completo alimentos o grupos en específico: como los chocolates y postres, así como las grasas y los carbohidratos. También crean y difunden miedo en torno a los alimentos que se aconseja evitar, por ejemplo: “La tortilla engorda”, “el chocolate tiene grasa”, etc.
Si bien las dietas prometen resultados rápidos y notables (principalmente pérdida de peso), no mencionan que eliminar grupos enteros de alimentos te pone en riesgo de deficiencias nutricionales. También alimentan una mentalidad negativa cuando se trata de cómo se perciben ciertos alimentos, por lo tanto, te pueden generar una mala relación con la comida.
Familia y amistades
Ya sea con buena intención o no, los comentarios no solicitados de amistades y familiares no ayudan. Los comentarios sobre tu cuerpo pueden generar fricciones, ya que promueven una narrativa de que algunos cuerpos son mejores que otros.Si un miembro de la familia felicita a alguien con un cuerpo más pequeño, enfatiza que ‘lo bueno’ es ser delgado. Para alguien con un cuerpo más grande, puede ser recibido como una crítica. ¿Te ha pasado?
¿Por qué puede ser problemático tener la mentalidad de «Alimentos Buenos y Malos”?
Si bien puede haber muchas razones para tu opinión sobre ciertos alimentos, lo mas comun, cuando tienes la mentalidad dicotómica de ‘buena y mala comida’, es que comiences a restringir. Esto puede ocurrir alrededor de ciertos alimentos que percibimos como «malos» y que nos decimos a nosotras mismas que tenemos que evitarlos. Lo cual puede hacer que experimentemos un ciclo de restricción- atracón.
El ciclo de restricción-atracón tiene 4 etapas:
Etapa 1: Restringir – Restringimos y evitamos ciertos alimentos. Comenzamos a crear miedo en torno a ciertos alimentos en particular.
Etapa 2: Sentirse en privación – Aumentan los sentimientos de hambre y obsesión con los alimentos restringidos, seguido de sentimientos de privación por no permitirnos comer esa comida en particular.
Etapa 3: Atracón – Cedes a los antojos y usualmente comes más de lo habitual. Algunas personas describen esto como sentirse completamente fuera de control en torno a un alimento específico y pueden decir cosas como «No puedo tener una caja de chocolates en casa porque si los tengo a la mano, me los como todos.»
Etapa 4: Vergüenza – Sentimientos de culpa, arrepentimiento y fracaso después de «ceder» al deseo por ese alimento. Prometes «hacerlo mejor la próxima vez», lo que te lleva a comienzar de nuevo la restricción, y esto nos lleva de vuelta a la etapa 1.
Una cosa que vemos regularmente cuando estamos en el ciclo de restricción-atracon es pensar «todo o nada». Esto podría significar sentir que estás a dieta y «bien» o fuera de la dieta y «comerte todo lo que encuentres», y justo este pensamiento hace que empeores tu relación con la comida.
Necesitamos comida para sobrevivir, por lo que es difícil evitar el acto de comer, pero a medida que tu relación con la comida se deteriora, las comidas pueden volverse estresantes y generarte ansiedad.
¿Cómo superar la mentalidad de alimentos buenos y malos?
Superar la mentalidad de clasificar y etiquetar a los alimentos como ‘buenos’ y ‘malos’ puede llevar tiempo y requiere atención plena y dedicación.
A menudo describimos este proceso un poco como una montaña rusa, algunos días sientes que lo tienes bajo control, otros días, puedes sentirte completamente fuera de control.
Dicho esto, aquí están nuestros 7 consejos para comenzar a sanar tus pensamientos sobre la comida:
1. Autoconciencia en torno a los alimentos que te causan miedo
Puede haber ciertos alimentos que hayas etiquetado como «malos» y que te causen ansiedad, miedo y culpa si los comen.
Una herramienta útil puede ser identificar la causa raíz de cómo llegó a pasar. Puede ser beneficioso pensar de dónde vino este miedo y preguntarte si el lugar donde escuchaste esta información es realmente creíble.
Si tienes una lista de alimentos que te causan miedo, puede ser útil abordar un alimento a la vez, y tratar de identificar la raiz de ese temor.
2. Date permiso incondicional
Cuando tenemos reglas alimentarias, nos damos permiso para comer alimentos solo basado en lo permitido. Sin embargo, hacer lo contrario y darte un ‘permiso’ incondicional puede resultar beneficioso.
Y sí, esto puede ser más fácil decirlo que hacerlo (por lo que una nutrióloga puede ser útil en el proceso). Sin embargo, cuando hacemos esto, le quitamos el poder que le habíamos dado a los alimentos.
Por ejemplo, puede que te sientas fuera de control cuando te compras una barra de chocolate. Al tener chocolate en la casa en todo momento y permitirte comerlo cuando te apetezca, el permiso que te has dado a ti misma da como resultado sentirte más controlada en torno a la comida. Puede que descubras que al principio comes mucho chocolate, pero después de un tiempo, la exageración se desvanece, la ‘obsesión’ desaparece y ya no tienes la necesidad de ‘darte permiso’ para comer el chocolate porque ya lo ves como un alimento neutral.
Ojo, este proceso recomiendo que lo lleves en compañía de un profesional de la nutrición.
3. Cuestiona tus propias reglas alimentarias
Al igual que el primer punto, llegar a la causa raíz de las reglas alimentarias puede ser beneficioso al desglosar cómo llegaste a pensar de esta manera.
Las reglas comunes pueden ser:
- “no cenar después de las 7 pm”
- “evitar los carbohidratos porque engordan”
- “si comes pastel tienes que hacer (más) ejercicio”
4. Elimina el pensamiento blanco y negro
Deciamos que la comida es diferente nutricionalmente, sin embargo, moralmente toda la comida es neutral. Al obtener una mentalidad más neutral, el pensamiento de que ciertos alimentos son «malos» mientras que otros alimentos son «buenos» se debilita.
5. Depura el tipo de contenido de redes sociales que sigues
Los medios de comunicación pueden ser el catalizador de la mentalidad de comida buena frente a mala para muchas personas. Deja de seguir las cuentas que difunden el ideal de delgadez, las reglas de la comida o hacen que generes mala relación con la comida. Si quieres saber más de este tema, te invito a que leas mi artículo “¿Cómo Influyen las Redes Sociales en la Imagen Corporal?”
6. Trabaja con una nutrióloga/o
Tu relación con la comida puede ser una situación extremadamente compleja, por lo que podría ser útil tener a alguien a tu lado para ayudarte a navegar en el proceso y construir tu caja de herramientas para afrontar tus miedos en relación a la comida. Un psicólogo también puede ser útil cuando se trabajan aspectos de tu relación con la comida.
7. Practica la autocompasión
Sanar tu relación con la comida es un proceso, si estás teniendo pensamientos poco útiles o criticando tus propios esfuerzos, recuerda reflexionar y ser amable contigo misma mientras haces lo mejor que puedes.
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Etiquetar los alimentos como buenos o malos puede ser poco beneficios para ti y puede resultar en una mentalidad negativa en torno a los alimentos.
Quiero recordarte que todos los alimentos pueden existir juntos en la misma alimentación y contribuir a tu bienestar mental y físico.
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