Desde que empecé a estudiar la licenciatura en Nutrición, tuve siempre esa vocecita en mi interior que me decía: “creo que necesito hacer ejercicio”. Y si, entendía los beneficios del ejercicio físico en mi salud pero la realidad era que a mi no me atraía para nada la idea de estar sudando y haciendo esfuerzos en un gimnasio. Para mi, en ese entonces, no existía la posibilidad de practicar ejercicio de manera consciente.
Un día reflexionando sobre qué actividades me gustaban hacer, descubrí que me gustaba mucho ir a fiestas porque lo que más disfrutaba era bailar con mis amigas. Tuve un momento de eureka e inmediatamente pensé: “Clases de zumba podría ser divertido” (inserte carita emocionada). Para mi buena suerte, encontré cerca de casa un estudio con clases de zumba, y no sabes, ¡fue una experiencia maravillosa! Identifiqué que al término de cada clase me sentía con mucha más energía, y claro, con mayor motivación para continuar asistiendo. Fue la primera vez que observé el ejercicio desde otra mirada. El ejercicio puede ser divertido si lo elegimos consciente, de manera que nos haga sentir bien.
¿Cuántas veces te has dicho a ti misma muy desanimada: “Ay no, tengo que ir al gimnasio”, deseando que cuando llegaras al gimnasio estuviese cerrado? Si eso te suena familiar (), es posible que tengas que volver a examinar tus opciones de ejercicio y optar por un ejercicio consciente, que te de esa sensación de placer.
El movimiento placentero o ejercicio divertido significa pensar en el ejercicio en términos de lo que se siente bien para tu cuerpo. Y no en lo intenso que debe ser para que sea efectivo.
Como lo dice el modelo de Alimentación Intuitiva en su principio 9 “Movimiento: siente la diferencia”; enfócate en cómo te sientes al mover el cuerpo y no te obsesiones por quemar calorías. Muchos profesionales de la salud que trabajan bajo este modelo prefieren llamarlo Movimiento placentero. En lo personal a mi me gusta decir ejercicio consciente. Nombrarlo de esa forma implica un cambio mental que puede ayudarte a mantener la motivación, debido a que lo relacionas al cómo te hace sentir internamente, y no a cuántos kilómetros que tienes que recorrer, los pasos que tienes que alcanzar o las calorías por “quemar”.
Cuando puedes concentrarte en el placer y la recompensa que obtienes de ese movimiento que te hace sentir bien, el comportamiento es diferente. Deseas hacer la actividad en vez de sentirte obligada a hacerlo para modificar el tamaño y forma de tu cuerpo.
A continuación te comparto 4 consejos para empezar, si deseas incorporar un movimiento más consciente, alegre y placentero a tu vida.
1. Transforma tu perspectiva
Tal vez te encantaba correr, pero has olvidado cómo disfrutarlo. Olvídate de hacer un seguimiento del tiempo y la distancia recorrida, y simplemente aprecia comó se siente el viento en tu cara, la fuerza de tus piernas. Percibe lo bien que se siente respirar completa y profudamente. Sintonízate con tus sentidos y encuentra alegría en esos detalles.
2. Piensa en los tipos de ejercicio que te gustaban en tu niñez
Es muy común que durante la infancia nuestras mamás o papás nos llevaran a toda clase de actividades: futbol, natación, ballet, danza, básquetbol, etc. Si fue algo que realmente disfrutabas hacer, podría ser momento de retomarlo. Busca una clase de [inserte actividad deseada] para adultos cerca de ti y recupera ese sentido de curiosidad.
3. ¡Arriésgate y prueba algo nuevo!
Este consejo también es para mi. Hace tiempo estoy considerando practicar algo nuevo y divertido.
Algunas ideas pueden ser:
- Ciclismo indoor. Si, ese donde ponen musiquita cool y luces de antro, ¡uuuh!
- Clases grupales de baile. Olvídate de estar sentada en las bodas. 😀
- Yoga/pilates. Para conectar más con tu cuerpo y mente.
- Deportes en equipo como básquetbol, vólibol. Pa’ hacer echar chismecito y hacer las amistades.
- Senderismo. Ser trepacerros y disfrutar del contacto con la naturaleza.
- Escalada en muro. Solo si no te dan miedo las alturas, je je.
- Natación. La verdad si dan ganas de sentirse La Sirenita de vez en cuando.
- Clases kick boxing, artes marciales. No está de más aprender sobre defensa personal.
4. Incorpora más movimiento a tu vida cotidiana
Probablemente realizas estas actividades pero no las consideras como ejercicio placentero. Déjame decirte que.. ¡si son!
- Salir a pasear a tu perrito.
- Hacer la limpieza de tu casa al ritmo de los hits de moda.
- Jugar a las escondidas con tus sobrinos.
Por último, te quiero decir que no necesitas de una membresía de gimnasio para estar sana. Si aún no has identificado el tipo de movimiento que realmente disfrutas, solo quiero que seas consciente de que hay muchas más formas de mover tu cuerpo que estar una hora en la “elíptica” y hacer entrenamientos con pesas. Atrévete y encuentra lo que funcione para ti.
¿Te gustaría dejar atrás la culpa y la vergüenza al comer? Descubre cómo lograrlo en mi curso gratis “5 pasos para hacer las paces con la comida”. Haz clic AQUI para inscribirte.
Aquí en Nutrición Compasiva podemos ayudarte a cultivar una relación más saludable con la comida y tu cuerpo, guiándote de manera personalizada. Haz clic AQUÍ y conoce más de los servicios.